jueves, 30 de agosto de 2007

29 julio 07


Otra noche más sin dormir, expectantes al fuego que estaba en lo alto de las cabeceras de los barrancos, del Roque y las Cañadas. Durante todo el domingo estos pequeños focos,eran divisados desde el barrio, se oían sirenas de bomberos, policías, y demás medios de emergencia. Pero pasaban las horas y el fuego seguía ahí y cada vez más expandido. Llegaba la noche, y la angustia cada vez era mayor, los vecinos fuera de sus casas expectantes, e inquietos, soportando las altas temperaturas,aire caliente, y el axfisiante olor a humo. Las horas seguían pasando y el fuego seguía caminando

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